Esa intensa caricia, tan fuerte, tan letal, me gusta y me asusta. Intento deshacerme de ella, pero se hace mas firme, entonces me doy cuenta que no es brusca y mucho menos violenta, solo que mi piel estaba acostumbrada a roces casi inexistentes, hechos con una mano tan insegura que evitaba sentir.
Ahora entiendo la intensidad de la pasión.
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